Seguía riéndose como un loco y no le importaba, metió la mano bajo el vestido de Marylou, le acarició la rodilla y dijo:
-Guapa, sabes lo mismo que yo que todo anda perfectamente entre nosotros, por lo menos más allá de la más abstracta de las definiciones en términos metafísicos o cualquier otro término que intentes especificar o imponer suavemente o subrayar.
- Y así siguió. y salimos zumbando, y de nuevo íbamos rumbo a California.
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