martes, 25 de junio de 2013

un mundo de furia natural.

Me estoy atando los zapatos, contento, silbando, y de pronto la infelicidad.
Pero esta vez te pesqué, angustia, te sentí previa a cualquier organización mental, al primer juicio de negación. Como un color gris que fuera un dolor y fuera el estómago...


Tim Head


Me desperté y vi la luz del amanecer en las mirillas de la persiana. Salía de tan adentro de la noche que tuve como un vómito de mí mismo, el espanto de asomar a un nuevo día con su misma presentación, su indiferencia mecánica de cada vez: conciencia, sensación de luz, abrir los ojos, persiana, el alba.
En ese segundo, con la omnisciencia del semisueño, medí el horror de lo que tanto maravilla y encanta a las religiones: la perfección eterna del cosmos, la revolución inacabable del globo sobre su eje. Náusea, sensación insoportable de coacción. Estoy obligado a tolerar que el sol salga todos los días. Es inhumano.
Antes de volver a dormirme imaginé (vi) un universo plástico, cambiante, lleno de maravilloso azar, un cielo elástico, un sol que de pronto falta o se queda fijo o cambia de forma.
Ansié la dispersión de las duras constelaciones, esa sucia propaganda luminosa del Trust Divino Relojero.


Cortazar.

martes, 18 de junio de 2013

Pensé en un laberinto de laberintos, en un sinuoso laberinto creciente que abarcara el pasado y el porvenir y que implicara de algún modo los astros.

---El jardín de los senderos que se bifurcan es una imagen incompleta, pero no falsa, del universo tal como lo concebía Ts'ui Pên. A diferencia de Newton y de Schopenhauer, él no creía en un tiempo uniforme, absoluto. Creía en infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos. Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas la posibilidades. 
No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted; en otros, los dos. En éste, que un favorable azar me depara, usted ha llegado a mi casa; en otro, usted, al atravesar el jardín, me ha encontrado muerto; en otro, yo digo estas mismas palabras, pero soy un error, un fantasma.---


domingo, 9 de junio de 2013

El alma subterránea del arte urbano

Les Bains-Douches, leyenda en la vida nocturna de París fue declarado, en 2010, un peligro para la seguridad.
Para garantizar el futuro del edificio se formó el proyecto -la Societé des Bains- que acogerá, a partir de 2014, a una nueva generación de talentos internacionales que creará una nueva y efímera obra de arte dentro y sobre las paredes que fueron testigo de Proust y Basquiat, Joy Division, Warhol y Prince.
Mientras llega la renovación, Marois y Magda Danysz han decidido crear un residencia artística con 50 de los mejores artistas urbanos del mundo, titulado: One day One artist.
Rindiendo homenaje al legado artístico del edificio, cada artista ha llevado su estilo personal al proyecto convirtiendo el edificio en un lienzo sin fin.
Dos fotógrafos, Stephane Bisseuil y Jérôme Coton, se han encargado de documentar el proyecto ya que el lugar ha permanecido cerrado al público debido a su mal estado.

 Sambre


 
 L´Atlas


 Nasty


Mr. Brainwash


  
 Sten Lex 

Geme Concept


 
Jeanne Susplugas


 Philippe Baudelocque

 Seth

Jean Francois Julian

Al margen de la importancia artística del lugar, el verdadero interés del proyecto se debe a su naturaleza efímera. Todo el proyecto, cada una de las obras de arte, será destruido una vez que comience la renovación de Les Bains.
Por lo que- One day One artist- es "una metamorfosis, un flash casi subliminal de un lugar mítico. Todo está allí. Es majestuoso y jamás visto, sofisticado y hermosamente crudo. Una remontada impensable en el alma subterránea transgresora de Les Bains "


sábado, 8 de junio de 2013

Nubes...

Son todo, desarreglos de lo alto, cosas hoy sólo ellas reales entre la tierra nula y el cielo que no existe; harapos indescriptibles del tedio que les supongo; niebla condensada en amenazas de color ausente...
Nubes... 
Son como yo, un pasar desfigurado entre el cielo y la tierra, al sabor de un impulso invisible, tronando o no tronando, ficciones del intervalo y del error, lejos del ruido de la tierra...
Nubes...
Siguen pasando, siguen siempre pasando, pasarán siempre siguiendo, en un enrollamiento discontinuo de madejas empañadas, en un alargamiento difuso de falso cielo deshecho.