viernes, 31 de marzo de 2017

TOUJOURS MOUVEMENT




Toujours mouvement
du violent à l’imperceptible ―  l’immobile ― l’immobile
jamais ― semblant de fixité au mieux ― froissement
invisible de tout son corps
invisible ― à ne pas voir
jamais vu de là où il voit
non vu ― le frémissement
sans prise ― lisse ― sans coulée
pas de larme ― ni sueur ―  éclatement ― ni frisson ― le
froid
inanimé ― non ― quelque part le nerf de la douleur ―
quelque part la respiration


Siempre movimiento
De lo violento a lo imperceptible –lo inmóvil – lo inmóvil
Nunca – fingiendo fijeza, a lo sumo – fricción
Invisible en todo su cuerpo
Invisible – para no ver
Nunca visto desde donde él ve
No visto – el temblor
Sin presa – liso – sin derrame
Sin lágrima – ni sudor – estallido – ni estremecimiento – el
Frío
Inanimado – no – en algún lugar el nervio del dolor –
En algún lugar la respiración.
entre los muros blancos – la misma angustia cien veces encontrada – bloqueada en el instante – el tiempo denso –fugitivo – tras el que hay que caer de nuevo – cada vez –en la confusión – el magma – el trayecto perdido de un pensamiento al otro – en todos los sentidos – lo cotidiano real – el ensamblaje incierto del mundo – en la mente o al fondo-
en algún lugar
en alguna parte – ese lugar buscado desde hace tanto – tantos intentos – viajes al interior – la mayoría de las veces con ideas de agresión – tomar por asalto ese lugar – aplastarlo destruirlo de una vez por todas – que sólo quede una superficie lisa – aflorando a la mirada – a los labios – dócil a la voz aplacada – dormida – nada que pueda interrumpir el sueño – atascada – o el entumecimiento – esta vez las manos podrán transcribir con dulzura las palabras – sin crispación repentina – sin desgarramiento imprevisto


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Danielle Collobert

domingo, 20 de noviembre de 2016

Las líneas de la mano

De una carta tirada sobre la mesa sale una línea que corre por la plancha de pino y baja por una pata. Basta mirar bien para descubrir que la línea continúa por el piso de parqué, remonta el muro, entra en una lámina que reproduce un cuadro de Boucher, dibuja la espalda de una mujer reclinada en un diván y por fin escapa de la habitación por el techo y desciende en la cadena del pararrayos hasta la calle. Ahí es difícil seguirla a causa del tránsito, pero con atención se la verá subir por la rueda del autobús estacionado en la esquina y que lleva al puerto. Allí baja por la media de nilon cristal de la pasajera más rubia, entra en el territorio hostil de las aduanas, rampa y repta y zigzaguea hasta el muelle mayor y allí ( pero es difícil verla, solo las ratas la siguen para trepar a bordo ) sube al barco de turbinas sonoras, corre por las planchas de la cubierta de primera clase, salva con dificultad la escotilla mayor y en una cabina, donde un hombre triste bebe coñac y escucha la sirena de partida, remonta por la costura del pantalón, por el chaleco de punto, se desliza hasta el codo y con un último esfuerzo se guarece en la palma de la mano derecha, que en ese instante empieza a cerrarse sobre la culata de una pistola.


Historias de cronopios y de famas, 1962

J. Cortázar

miércoles, 23 de marzo de 2016

-Había algo arcaico en aquellos movimientos estilizados, una gracia de animal bello y depravado-




 Disco was created from over 1,200 individually hand-painted frames. Directed by Boris Seewald, the clip uses an animation technique called rotoscoping to turn the real-life movements of dancers Althea Corlett and Simone Schmidt into a series of drawings and paintings to make each scene.

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domingo, 1 de noviembre de 2015

Donde sonó una risa...

Una vidriera, una delgada lámina de espacio estalló lentamente.
Y no es posible poner de nuevo en orden tanta ruina.
...
Pero quedan los huecos, queda el tiempo. 
El tiempo es un conjunto de irrellenables huecos sucesivos. 
Donde sonó una risa queda un hueco, un coágulo de nada,
una lejana polvareda que fue, 
que ya no está, pero que sigue hablando,
diciendo al alma que, en alguna parte, 
algo cruzó al galope y se ha perdido. 






 Jaco Putker


lunes, 5 de enero de 2015

Estados transparentes


La certidumbre llega como un deslumbramiento.
Se vive por instantes de luz. O de tiniebla. 
Lo demás son las horas, los telones de fondo, el gris para el contraste.
Lo demás es la nada.
Es un momento. El cuerpo se deshabita y deja 
de ser la transparencia con que se ve a si mismo.
Se incorpora a las cosas; se hace materia ajena
y podemos sentirlo desde un lugar remoto.

Rafael Guillén