miércoles, 2 de octubre de 2013

Soy un ser de emoción. En silencio te dije: -Ven a mí-. -¿Pero que haremos luego con la realidad?

LEE MILLER

Nadie quiso a Lee Miller. Ni Man Ray (a cuyas fotografias más famosas puso rostro y a quien inmortalizó con su cámara), ni Roland Penrose, pintor y marido, ni Pablo Picasso a quien retrató con maestría durante muchos años. El pintor hizo lo propio y la pintó en numerosos lienzosEllos y muchos otros pasaron por su carne. Como la estatua que abre paso al otro lado del espejo, el papel que le dio  Jean Cocteau en The Blood of a Poet.

Abortó su carrera como modelo en Nueva York para trasladarse a París con Man Ray, primero como aprendiz, posteriormente como musa y amante. Miller contribuyó de forma determinante al refinado de la técnica de la solarización, de quien fue además una de las fotógrafas más emblemáticas. 
La artista, sin embargo, vivió las vanguardias europeas como lo que fueron –fenómenos con un inicio, un desarrollo y un final– y perdió el interés por ellas con la II Guerra Mundial recorriendo el continente documentando sus atrocidades.








Portrait of Space.1937

Poética venganza en la bañera de la casa de Hitler en Munich.



Fotografiada por Man Ray. 1930

-Porque habitar con los otros es la guerra y me destruye, he preferido rodearme de una difusa constelación afectiva. Sus luces están lejos y aunque apenas iluminan, también me dañan un poco. Vivo casi a oscuras. Vivo en mi casa breve, de lecho breve y breves vistas al exterior. Y no puedo ilusionarme, porque yo ya no tengo ímpetu, porque soy un escéptico.- Belen Gopegui.






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